6.25.2009

Tomador Social

Hace unos días y después de unos cuantos carretes bastante jugosos decidí dejar de tomar por un mes, lo cual no solo me permitiría bajar mi nivel etílico sino que además me ayudaría a bajar unos cuantos kilitos, pues como sabrán el copete engorda y bastante. Partí súper motivado de lunes a jueves sin mayor problema pues no salí ninguno de esos días, sabía que la prueba de fuego iba a ser el primer carrete. El viernes tuve un acto en la universidad y fui pensando que el coctel seria “una cosita piola” mi sorpresa fue enorme al encontrarme con el tremendo banquete. Después de un rato de circular me ubique estratégicamente cerca del decano y el director para conversar de asuntos de la escuela y ademas porque supuse que las autoridades serian agasajadas prioritariamente por los meseros. Y así fue, las bandejas de tragos y comida nos rodeaban a cada momento, sin darme cuenta entre tanta conversa y buena onda me tome uno que otro pisquito sour para acompañar tanto manjar, lo cual significo incumplir mi propósito del mes, pero decidí que había sido solo una pequeña interrupción y seguiría con mi temporada de abstinencia.

En la noche me llamo un amigo y quedamos de juntarnos en el Café Journal, un Pub del centro de Viña, una vez ahí me di cuenta de que si no es para ir a tomar, los pub's son bastante aburridos. No se puede conversar por la música alta, está lleno de gente atropellándose y no se puede estar muy tranquilo adentro. Pasaron unos minutos y de pronto llego otro de mis amigos, la idea de la junta era tener una noche de compadres para conversar algunos temas en confianza pero lamentablemente llego acompañado de su "adorada" e irritante polola, fue entonces cuando me di cuenta que no sería posible soportarla sobrio toda la noche, recordé la frase de Groucho Marx "Bebo para hacer interesantes a las demás personas" Y creo que tiene mucho de razón, un par de copas pueden hacer parecer entretenida hasta la peor fabrica de bostezos. Como habrán adivinado mi propósito del mes no se cumplió y después de esta experiencia pude concluir que es bastante complejo dejar de tomar en mi entorno de amigos, pues el alcohol está bastante arraigado no solo en mi circulo de amistad, sino que en general en nuestra cultura popular. La previa y el copete en cualquier celebración son parte esencial de nuestros ritos, quizás como un medio para despejarnos del ajetreo de la semana. A quien no le gusta beber un traguito de vez en cuando para amenizar una reunión con los amigos.

Me gusta autodefinirme como un "tomador social", al parecer mi problema es que soy demasiado sociable...

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