10.22.2014

La balada del café triste

En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y el amado y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es mas que un estimulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se de cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda mas que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible, tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante del que estamos hablando no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.

Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas mas inesperadas pueden ser un estimulo para el amor. Se da por ejemplo el caso de un hombre que es ya abuelo que chochea, pero sigue enamorado de una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerador; y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona mas mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es solo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.

Por esta razón la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante, y con razón: pues el amante esta siempre queriendo desnudar a su amado. El amante fuerza la relación con el amado, aunque esta experiencia no le cause mas que dolor.

Carson McCullers

8.24.2014

Movimiento

La acción es movimiento con inteligencia. El mundo está lleno de movimiento. Lo que el mundo necesita es más movimiento consciente, más acción

Iyengar

5.28.2014

Sueños

“Si uno avanza confiadamente en la dirección de sus sueños, y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, se encontrará con un éxito inesperado en algún momento”

Henry David Thoreu

5.14.2014

Diccionario del Diablo

Autoestima, s.: Evaluación errónea.

Bruja, s.: (1) Mujer fea y repulsiva, en perversa alianza con el demonio. (2) Muchacha joven y hermosa, en perversa alianza con el demonio.

Conservador, adj.: Dícese del estadista enamorado de los males existentes, por oposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros.

Entusiasmo, s.: Dolencia de la juventud, curable con pequeñas dosis de arrepentimiento y aplicaciones externas de experiencia.

Futuro, s.: Época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.

Optimismo, s.: Doctrina o creencia de que todo es hermoso, inclusive lo que es feo; todo es bueno, especialmente lo malo; y todo está bien dentro de lo que está mal. Es sostenida con la mayor tenacidad por los más acostumbrados a una suerte adversa. La forma más aceptable de exponerla es con una mueca que simula una sonrisa. Siendo una fe ciega, no percibe la luz de la refutación. Enfermedad intelectual, no cede a ningún tratamiento, salvo la muerte. Es hereditaria, pero afortunadamente no es contagiosa.

Ambrose Bierce

2.10.2014

Destino

Hay quienes creen que el destino implica que las cosas llegan por si solas, sin mayor esfuerzo, pero el destino hay que buscarlo y hay que construirlo cada día.

2.08.2014

Ciceron

Durante estos tres años tranquilos Cicerón contribuyó más a su obra y a su fama que durante los treinta que antes había despilfarrado en la vida pública. El exponente de la ley había aprendido al fin el amargo secreto que todos los empeñados en una carrera pública deben aprender a la larga —que un hombre no puede defender permanentemente la— libertad de las masas, sino únicamente su propia libertad, la libertad que viene de adentro.

Stefan Zweig