2.22.2009

Una vida sin certezas

Ayer fui a repartir comida y me acorde de un hombre que me conto su historia de como llego a vivir a las calles. El era del norte, tenia una mujer y estaba esperando a su primer hijo, tenia un buen trabajo y parecia que todo marchaba bien en su vida. Pero un dia cuando su mujer embarazada estaba visitando a su familia tuvieron una discusion por telefono y luego de uno que otro intercambio de palabras el le pidio que por favor se devolviera lo antes posible a la casa, lo cual nunca ocurrio, pues el bus en que viajaba de vuelta choco estrepitosamente, muriendo en el accidente su mujer y su hijo que estaba por nacer. El hombre naturalmente quedo abatido no solo por la perdida de sus seres queridos sino tambien por el sentimiento de culpabilidad que lo embargaba y que poco a poco le carcomia la conciencia, no podia trabajar tranquilo, no podia dormir, la soledad lo volvia loco y necesitaba escapar de esa tortura que se habia vuelto su vida, todo le recordaba a su familia, su casa, su trabajo, su rutina. Es por eso que decidio viajar a la quinta region, para ver si en otra ciudad podria olvidar lo sucedido, pero no funciono. Lo unico que le permitia evadir momentaneamnete su afliccion era el trago, es por eso que comenzo a beber mas y mas, a veces se perdia por dias, semanas, sin saber donde estaba o con quien. Lo unico importante era no recordar y seguir sumergido en una voragine que lo distrajera de la cruda realidad...

A veces siento que vivimos intentando lograr certezas, tratando de buscar una seguridad que es imposible alcanzar, que es solo una ilusion. La realidad como la conocemos es muy fragil y puede cambiar bruscamente sin que podamos evitarlo

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