Hace unos días como la mayoría de los sábados fui a dejar comida a la gente de calle Valparaíso, una actividad que me llena de alegría, no solo por que uno puede llevar un plato de comida a gente que de verdad lo necesita (algunos no comen en días), sino también por que me permite compartir con personas especiales y poder escuchar sus historias de vida, contadas con una confianza y una complicidad sin igual, como si estuvieras leyendo un libro perdido que había sido guardado en algún cajón sin que nadie se molestara en buscarlo. Para ellos debe ser gratificante que alguien de pronto se interese en ojear unos cuantos capítulos de su vida y sentir que aunque sea por un instante dejan de ser invisibles para el mundo y tienen algunos minutos para dejar testimonio de su existencia.
El sábado converse con un hombre que recién había salido de la cárcel después de 19 años y me quede pensando ¿como será estar libre luego de 19 años encerrado? Su cara de desconcierto me hizo darme cuenta que el llega a un mundo desconocido, el es como un viajero en el tiempo (al mas puro estilo futurama) que hace 19 años quedo en animacion suspendida y hoy aparece en una realidad totalmente distinta, cuando el aun estaba libre Viña era una ciudad pequeña y provinciana con un pequeño centro y eminentemente residencial, pero hoy sale a una pequeña metrópolis llena de malls y edificios. Debe ser choqueante encontrarse con un mundo que se ha modernizado tanto en tan poco tiempo.
"Nuestro Poder esta creciendo mas rapido que nuestra sabiduria"
Fher
Aporte Cinefilo: Sueños de Fuga
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