3.03.2011

Como Niños

La gran diferencia entre los adultos y los niños es que los últimos aun no pierden la capacidad de asombro. Los adultos después de un tiempo tendemos a asimilar lo nuevo mecánicamente y a clasificar todo lo que nos rodea. Así es difícil sorprenderse y apreciar las cosas desde nuevos puntos de vista. Creo que es importante mantener ese espíritu infantil, aprendiendo a redescubrir y a reencantarse con las cosas.

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